Apenas me quedan unos meses para cumplir mi segundo año en SL, y al mirar hacia atrás, compruebo con asombro como este mundo pixelado ha cambiado mi vida.
Pero... ¿SL no era sólo un juego? Por supuesto, todo en esta vida lo es.
De pequeño solía jugar a fútbol una burrada de horas al día. Mientras disfrutaba jugando, hice los que a fecha de hoy siguen siendo mis mejores amigos, y aunque para jugar me pedía ser Urruti, Stoichkov o incluso Mark Lenders... nunca dejaba de ser yo, al igual que cuando me conecto a SL, donde mis amigos me llaman Lex, pero sigo siendo yo el que decide como he de comportarme.
De aquí a unas horas dejaré la ciudad que me ha visto nacer y crecer, para compartir mi vida con una mujer a la que conocí en una carretera creada a base de ceros y unos, una persona a la que conocí jugando, y con la que quiero seguir jugando el resto de mi vida. “Hola, tú eres el de los vídeos, ¿verdad?” me dijo al cruzarnos por primera vez. “Supongo que sí... ¿Quieres ser mi musa?” fue mi respuesta. Y desde entonces se creó una relación de lo más discreta, aunque tuvieron que pasar unos cuantos meses para que nos viéramos por primera vez.
A los pocos días de entrar en SL, empecé este blog con un post donde intentaba explicar qué es Second Life a base de “copiar y pegar” artículos que había leído por la red. Al leerlo hoy, sonrío mientras pienso “vaya montón de tópicos y tonterías que puse”, y es que eso es lo que suele pasar cuando escribes sobre algo de lo que no tienes ni idea. De aquel primer post, sólo me quedaría con la última frase, en la que decía... “Mi nombre es LexGrey, y hoy empieza mi Second Life”. Hoy volveré a utilizarla, pero con un ligero matiz... “Mi nombre es Miguel, y hoy empieza mi Segunda Vida”.