
Hoy hace un año que mis ojos pixelados vieron la luz de SL por primera vez. Lo hicieron desde la isla de “aprendizaje” original, donde me hice mis primeros retoques de cirugía, y compartí mis primeras conversaciones escritas en inglés.
Un par de días antes había nacido mi hermano gemelo, que no pudo aguantar más en el vientre materno al enterarse que un día antes, una pelirroja de enormes y preciosas piernas, había empezado a caminar por este mundo.
A los pocos días, me decidí a cerrar mi antiguo blog de RL y crear este otro, con la idea de no tener que seguir escribiendo sobre mi vida real, y que mis compañeras blogueras Cristina (con la que curiosamente comparto cumpleaños) y Marta, pudieran descubrir este “nuevo mundo” desde fuera. Pero sin apenas darme cuenta, Lex y yo acabamos llevando vidas paralelas con un denominador común… Malva, que también nació en este mismo mes, y es la gran culpable de que un año después, siga por aquí cada noche con la misma ilusión del primer día.
Aquel mes también nació mi prima Lorena, a la que siempre le tendré un gran cariño, por ser quien me enseñó casi todo lo que he aprendido de este mundo.
Y aunque todos fuimos dando vueltas sin rumbo durante aquel mes de mayo, no fue hasta el verano que nos conocimos. Tal vez fuese porque estábamos esperando que se nos uniera la camada de Junio, con Dy, Tote y Rachell a la cabeza, y junto a ellas, dos veteranos que nos adoptaron y nos abrieron las puertas de su estudio fotográfico, un lugar de referencia en mi segunda vida, Albanta.
Desde entonces, he tenido la suerte de compartir mi segunda vida junto a muchos otros amigos, pero sobre todo, he tenido la suerte de poder seguir disfrutándola junto a ellos…