En el día de ayer, Malva y Lorenita se dedicaron a hacer los diferentes “hunts” de Halloween que han ido apareciendo por SL para poder decorar la casa sin hacer un gran esfuerzo económico, así que me decidí a recorrer los 5 sims del Far West que recomendaban este mes en AyV. La verdad es que me considero un turista accidental más que un viajero o explorador, pero esta vez me apetecía recorrer el lejano Oeste a conciencia, así que creé una nota donde fui apuntando todo lo que me llamaba la atención, incluidos los nombres de los creadores de los objetos más significativos, para luego poder seguirles la pista a través de su perfil.

El viaje lo empecé en
(Texas USA 239, 202, 29), junto a un pequeño campamento indio semi abandonado, a pocos metros
(125,112,29) da comienzo una carrera en la que se recorre todo el lejano Oeste siguiendo unas flechas que te ayudarán a no perderte, aunque la verdadera gracia es perderte por sus calles, recorriendo los estados de Texas USA, AZ Arizona, Colorado, Utah y New Mexico, comprobando el contraste entre los terrenos del hombre blanco y los campamentos indios, jugando al poker en sus casinos, pescando en sus lagos, presentando tus respetos a sus iglesias, y recordando los bailes en línea Lolo de hace años…




Junto a una diligencia en llamas, me encontré el cadáver de otro aventurero junto a su viejo sombrero, pero lo que realmente me llamó la atención de la escena fue el hormiguero que se encontraba a pocos metros de allí, y ver a las hormigas moviéndose sin rumbo fijo.
Pero lo mejor del viaje estaba todavía por llegar, en Utah me topé con el dueño del SIM haciendo las funciones de Sheriff, explicando las reglas de la que parecía ser una gran batalla, así que me bajé de mi caballo y cargué el Hud gratuito que me dieron. Supongo que ahora viene cuando debería decir que la inferioridad numérica de los indios hizo que me uniera a su causa, pero la verdad es que el lag hizo que eligiera en el Hud la opción de indio en vez de la de vaquero. ¿Quién ganó la batalla? Mmm, por una vez dejaré la discreción de lado, y diré que les dimos una auténtica paliza.