A falta de pequeños detalles, por fin hemos completado la decoración de nuestro nuevo hogar. A decir verdad, he colaborado menos de lo que hubiera deseado en ayudar a Malva a amueblar las cuatro paredes que construí la semana pasada, pero es que el trabajo me lo ha impedido.En la planta de arriba, hemos puesto el salón y el comedor, con una tele de plasma que de momento utilizamos de marco digital con diferentes fotos de nuestra segunda vida. Los ventanales son grandes, y la planta está muy bien iluminada con luz natural. Al fondo, mis dos cuadros fetiche, un “Autorretrato” de Van Gogh, y la fabulosa “Adele” de Gustav Klimt.
En la planta de abajo, el dormitorio, con las mejores vistas de toda la casa. Desde allí, podemos ver como el sol se pone cada mañana, dándonos la bienvenida a un nuevo día. Eso sí, desde fuera os encontrareis con un ventanal negro, opaco, porque como solemos decir por aquí... ¡discreción!. A pocos metros, el jacuzzi, con graduación de la temperatura del agua.
Y fuera de la casa ... palmeras, arena, playa, mar, olas, tumbonas, toallas y un montón de ilusión.



















Y ahora... la pregunta del millón de dólares. ¿Es o no es transparente el vestido de Rachell? 









